En él (Cristo) fueron creadas todas las cosas,las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles;sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades;todo fue creado por medio de él y para él. Colosenses 1:16.
El versículo de la fecha nos muestra algo de la gloria del Señor Jesús, el Hijo de Dios, como Creador. Primeramente está escrito que “en él fueron creadas todas las cosas”, es decir, en virtud de su Persona. La esencia de su ser caracteriza la creación. Ella existe como lo que fue creado por él. Adonde miremos, la creación lleva Su sello. Por ser su Persona muy gloriosa, lo que produjo es igualmente glorioso y magnífico. Al final del versículo se dice una vez más: “Todo fue creado por medio de él”. Él es el activo constructor de todo. Formó todo lo que vemos, pero también lo que no podemos percibir (Job 34:19; Salmo 19:1; 95:5; Isaías 5:12). ¡Cuánto más glorioso, grande y magnífico es él antes que cualquier ser humano! Es cierto que existen inventores capaces de imaginar y construir algo; pero siempre necesitan la colaboración de técnicos y manos capacitadas para realizar lo concebido. El Señor Jesús no sólo es quien hizo el proyecto de la creación y la marcó con su sello, sino también quien la ejecutó. Al final del versículo se nos dice además que todo fue creado “para él”. Aquí tenemos la meta, el para qué de la creación: para él, para su gozo, no para nosotros. Sólo vivimos en ella y somos una parte de ella. Él confió su tierra a nuestra responsabilidad. Pero, ¡qué mal la hemos administrado!
Por: Amen-amen.net
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