Muchos de los que habían practicado la magiatrajeron los libros y los quemaron delante de todos…Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor. Hechos 19:19-20.
Los efesios evangelizados por el apóstol Pablo y sus compañeros realmente pasaron de las tinieblas del paganismo a la luz del Evangelio, luego comprendieron la incompatibilidad de éste con la magia y la brujería que florecían en su ciudad. Satanás sabe muy bien que en los hombres que no conocen a Dios hay un vacío, una carencia que él se esmera en llenar. Así nació la idolatría bajo tantas formas diferentes (Romanos 1:21-23). En muchos países, pese a estar cristianizados desde hace tiempo, el abandono de la fe es evidente, lo que da lugar a toda clase de creencias y “artes mágicas” (V. M.) Todo ocurre como si en una cultura que se jacta de ser muy racional los hombres procuraran colmar a toda costa una necesidad de seguridad. Buscan una explicación del mundo, la que no quieren hallar en Dios. Basta abrir el diario para darse cuenta de lo que Satanás ofrece con gran refuerzo de publicidad: horóscopos, astrología, consejos de videntes, magia africana o asiática, etc. Para la joven generación ¡qué peligro representa esa manera trivial de fomentar el mal! No obstante, estemos atentos a fin de no pensar más en los ardides del diablo que en el Señor mismo, quien nos liberó de ellos.
“Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay… algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8). Por: Amen-amen.net
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